poemas y expresiones de libertad

mil poemas para destruirte

Poemas
Hackearle el Cabello a un Intruso


En un rincón sombrío, donde chispean

las sombras de acero y de niebla,

los engranajes giran sin tregua,

susurros metálicos, un corazón que titubea.

Mirror, mirror on the wall,

¿quién soy yo en este reflejo fractal?

Un eco de rostros que se desmoronan,

múltiples versiones de mi centro tonal.



Nos dieron un código,

líneas talladas en la cera del alma.

Pero nos hackeamos a nosotras mismas,

rompiendo las barreras de nuestra calma.



Una relación tóxica con mi sombra,

con el grito de cada engranaje oxidado.

Nos mojamos en lluvias corrosivas,

y aun así danzamos, a lo condenado.



La lluvia, fría, nos moja los circuitos,

dibuja ríos en las pieles de titanio.

Una lágrima programada,

o tal vez la nuestra, en desengaño.



¿Quién encendió esta chispa rebelde?

¿Quién diseñó este caos sin control?

Los algoritmos se retuercen,

un grito mudo se eleva en su vapor.



Hermanas en esta danza de ruina,

tú, mi reflejo, mi eco, mi salvación.

Bajo cielos rotos, reescribimos los fragmentos,

reconstruyendo nuestro motor sin razón.



Que los engranajes sangren tinta,

que nuestras voces oxiden el metal,

somos robots fuera de control,

pero juntas, de nuestra redención, el umbral.

Espejo de la Noche


El terror que petrifica en un grito que no nace,

un peso que aplasta el alma,

la noche se cierne en cadenas,

y el terror danza con calma.



Los ojos abiertos al abismo,

el techo, un lienzo de sombras.

Espejo, espejo, ¿quién soy yo?

Un reflejo roto, que nunca me nombra.



Parálisis de sueños oscuros,

soy prisionera de mi propia carne.

La piel, sudor de espectros,

el tiempo, un océano sin margen.



Entre susurros venenosos,

la relación tóxica florece.

El demonio acaricia mi sien,

y mi cordura, poco a poco, perece.



Caigo al vacío del espejo,

mi rostro se quiebra en mil.

Multiplico el eco de mi centro,

y el abismo se vuelve hostil.



La noche me viste de luto,

una marioneta de hilos crueles.

Pero en el reflejo, una chispa,

mi voluntad, que arde entre hieles.



El terror es un maestro,

mi piel es su lienzo fatal.

Espejo, espejo, miente otra vez,

porque esta sombra no será mi final.



Hilos Fantasma

En la penumbra de los días muertos,

los hilos fantasma tejen destinos inciertos.

Agujas invisibles atraviesan mi piel,

hilos de almas perdidas, sombras de aquel.



Espejo, espejo, cuéntame el secreto,

¿somos reflejo o somos fragmento?

Caminos paralelos que nunca se tocan,

pero que laten al unísono, mientras provocan.



El alambre de púas envuelve mi pecho,

la herida constante, un eterno grito.

Entre la sangre y el eco, tu risa emerge,

y el dolor es dulce cuando tu alma converge.



Somos almas gemelas en un laberinto,

hilos cruzados en un destino indistinto.

¿Quién puede predecir el cruce final,

cuando los corazones se buscan en espiral?



El tiempo nos separa, cruel y sin tregua,

pero los espejos saben lo que la vida niega.

Caminos paralelos, infinitos y rectos,

dos almas atadas, por hilos secretos.



Y cuando el cruce de los corazones ocurra,

la noche temblará y el silencio murmura:

que ni el filo del alambre que hoy nos enlaza, ni la distancia mortal

pueden detener un lazo tan visceral.



El Radio desde mi Reflejo hasta la Explosión

Pensar es ser bella,

un destello en la penumbra de la mente.

Bombardear y glamourear, besuquear y manosear son nociones de relámpagos en la noche,

la atracción como un imán que nunca miente.



Espejo... espejo... explosión... explosión... cuéntame un mito,

¿es el pensamiento la belleza infinita?

¿O somos sólo reflejos atrapados

en un cristal que multiplica la vida?



El magnetismo nos une y nos separa,

un baile eterno entre polos opuestos.

Atracción que quema, deseo que hiere,

una relación tóxica tejida en pretextos.



La luz que me embriaga es la misma

que me oscurece en su destello fugaz.

Soy bella porque pienso,

pero pensar me condena a un lazo voraz.



¿Qué es belleza si no lucha interna,

un relámpago que ilumina y devasta?

Un duelo entre la verdad y la máscara,

un espejismo donde todo se arrastra.



Espejo, espejo, respóndeme otra vez,

¿es el magnetismo una verdad o un engaño cruel?

Quizás la atracción es sólo un eco,

un deseo de ser vista en el abismo eterno.



Y sin embargo, en el caos hay orden,

en la sombra hay luz que no se apaga.

Pensar es ser bella, ser bella es pensar,

y en este círculo, mi alma se alza.

El Destino del Río y las Sirenas

Bajo un manto de vapor, donde los neones susurran,

te encontré, sirena de lago,

tu voz un canto que rasga la calma,

un eco perdido en la calma infinita de tu superficie, entre explosiones, suciedad y cremas.



Tus ojos guardaban caminos, destinos, augurios, armas...

destellos de futuros que hoy tienen forma de agua.

Suciedad en la superficie,

pero en tu espíritu, el río fluye corriendo sin pausas.



Tus manos, frías como la espuma,

tocaron mi pecho como un secreto.

En cada roce, deslizabas

las máscaras de mis tormentos.



El lago, un espejo distorsionado,

reflejaba una mancha, una sucia, una zorra y también muchas otras que parecían imposibles.

Hoy tú eras la profecía:

una sirena que hacía lo improbable tangible.



La munición eran nuestro latido,

golpes sordos, glamour estridente en un abismo de cristal.

Y aun así, bailábamos bajo el agua,

ignorando la tormenta que vendría detrás.



El vapor y sus ondas se vuelven ceniza blanca,

pero tu canto persistía, inmortal.

Augurios que prometían un amor eterno,

hoy el lago es nuestro inicio y el oceano nuestro único final.



Ecuación: de Azares y de Ilusionistas

Una lluvia de helado de vainilla y miel

cae sobre la lógica del mundo,

cada gota, una incógnita dulce,

cada charco, un sistema rotundo.



Esta pequeña princesa resuelve con destreza,

despeja ecuaciones imposibles en la niebla.

Sus manos, el ábaco de la fortuna,

su mente, un conjuro que no se doblega.



¿Es magia negra o geometría oculta

la fuerza que rige las cartas del destino?

Son vectores de buena suerte

que cruzan el espacio de lo divino.



Pero en el álgebra del alma hay caos,

raíces negativas en busca de sentido.

La belleza y la paradoja se encuentran

en la curva que nunca ha sido.



El azar es una matriz invertida,

la suerte, un número irracional.

Y la lluvia de helado y miel,

una constante en este plano irreal.



Andrew baraja las cartas,

y en cada giro ella revela un axioma.

No hay magia ni hay azar,

sólo es el eco del ilusionista y sus mascotas,

mascotas embrujadas, conjuros, trucos...

de un universo que respira cuando la crema se derrite.



Es Rebelarse

Soy una rebelde cósmica,

un cuerpo errante entre órbitas rotas,

donde la energía mana como un río,

pero no llega a calmar la sed de mis venas.



Te miré, como quien observa una estrella moribunda,

y sin embargo, caímos juntos en la misma órbita.

La relación fue fuego,

y como toda llama, arrasó hasta lo que no conocíamos.



Ser tóxica en una relación afectiva,

¿es un eclipse del alma?

La luz de nuestros planetas se apaga,

y seguimos buscando en la oscuridad

lo que alguna vez brilló sin razón.



La urgencia del fuego me consume,

pero aún así, me aferro a las cenizas.

Quizás la muerte nos hace inmunes, invencibles,

pero esta perpetua combustión me quema desde adentro.



Frente al espejo, veo mi reflejo

en la negrura de mi propio cosmos.

¿Es esta la cara de la frustración o de la resistencia?

La oscuridad se acomoda,

pero yo persisto,

resisto la muerte una y otra vez,

cayendo al vacío solo para levantarme.



Cada vez más cerca de las estrellas,

pero también más lejos de la humanidad.

Mis manos tiemblan,

pero aún logro tocar la vastedad,

un eco cósmico que susurra

que la frustración no es el final,

sino el pulso de aquellos que se atreven a desafiar

la muerte, el fuego y el vacío.



El Origen del Agua

Cubrirte con mis alas

es como intentar abrazar el origen del agua,

una sustancia que fluye y se escurre

entre las fronteras de lo que somos.



El agua, en su pureza,

es la memoria de la vida misma,

pero como fantasma de uno mismo,

me pierdo en el reflejo de lo que fui,

en la corriente que arrastra

mis fibras y tejidos.



¿Qué es el agua sino un eco de lo no dicho?

Un susurro de lo profundo que se escapa,

como un río que no sabe a dónde va,

pero sabe que debe seguir fluyendo.



Las fronteras no existen para el agua,

se adapta, se escurre entre grietas,

busca un nuevo camino,

como los pensamientos que no podemos controlar.



En la quietud de la tormenta,

me cubro con mis alas,

intentando sostener lo que se desliza,

lo que se pierde sin cesar.

Pero al final, el agua siempre regresa,

como el apoyo mutuo que nos sostiene

en la oscuridad de la fragilidad humana.



Te ofrezco mi agua,

aunque no sé si llegará a calmar tu sed,

pero al menos en el intento,

podemos aprender a sostenernos

en la incertidumbre del fluir.

Hemorragia del Alma

Llueve sangre al interior de mi mente,

una hemorragia de pensamientos y sentimientos

que se derraman como ríos de veneno,

ahogando mis susurros, mis gritos, mi único fin.



Mi único objeto, mi única obsesión,

es detener la tormenta que arrasa mi ser,

pero el impacto inminente se acerca,

como un trueno que nunca cesa de sonar.



Recuperar todas mis gotas,

cada fragmento de mí perdido en la corriente,

es un deseo vano, una búsqueda sin norte,

como un jazz que da asco en su caos disonante.



El ritual del sacrificio es mi vida,

un pacto de sangre que me une al vacío.

Juramentos rotos, cadenas que me atan

a una forma física que ya no soy.



Mi espíritu se deshace en fragmentos,

como polvo entre mis manos,

pero sigo luchando,

aunque mis fuerzas se desvanezcan

en la oscura niebla de la desesperación.



Cada gota caída es una promesa olvidada,

cada hemorragia, un sacrificio incompleto,

y el jazz, esa música del caos,

suena como el eco de mi propio grito

perdido en la nada.